La lucha feminista: Ni santas, ni brujas...somo MUJERES
La Lucha Feminista: Ni santas, ni brujas...somo Mujeres.
La lucha por el reconocimiento de los derechos de las
mujeres en Puerto Rico toma un contexto socio-cultural muy importante, pues
estamos encajonados en un sistema neo-colonial.
La mujer siempre ha sido objeto de un sistema patriarcal que solo ha
buscado beneficiar a unos pocos, a cuenta de la sumisión y la explotación de
los derechos de millones de mujeres puertorriqueñas. Ahora bien, en nuestra actualidad se han
desarrollado una serie de grupos feministas que han levantado las voces de
lucha para visibilizar la problemática de la violencia de género. En este año 2019 la cifra de muertes de
mujeres a manos de su pareja ha tomada una cifra alarmante, a raíz de esto el país
ha levantado su voz de protesta y lucha para salvaguardar la vida y derechos de
las mujeres.
El
velar porque nuestras voces sean escuchadas no es de ahora, nosotras poseemos
un bagaje de mujeres feministas que sacaron la cara por nosotras, que lucharon
para que hoy día pudiéramos gozar de ciertos privilegios dentro de una sociedad
machista-patriarcal. Mujeres
puertorriqueñas como Luisa Capetillo, Ana Roqué Duprey, Isabelita Rosado y Lolita Lebrón entre
otras mujeres tuvieron la gallardía de enfrentarse a la supremacía masculina y
exigir un lugar y participación dentro de la sociedad. Cuando hablamos de la igualdad de género no
podemos obviar factores sociales que inciden en ella como el patriarcado, el
capitalismo y nuestra condición colonial.
Entonces, éstos tres aspectos son elementos que atentan contra
nuestros derechos humanos y contra nuestra dignidad como mujeres. Es por esto que considero necesario la desconstrucción
ética y política del patriarcado, cambio que no solo será de beneficio para las
mujeres sino también para la sociedad puertorriqueña. Es una responsabilidad social, abogar,
legislar y luchar desde nuestra cotidianidad para romper de raíz con esta problemática
y crear una visión de mundo abarcadora, una visión transformadora, una visión de mundo que
desarrolle saberes y practicas colectivas que luchen contra la dominación. Algunas de las prácticas a emplear para
luchar contra este régimen patriarcal están:
· Reconocer
la igualdad como un proyecto político como valor ético.
·
Promover
la participación y apoderamiento de las mujeres en proyectos de transformación
social.
·
Lucha
y resistencia desde la cotidianidad y desde la condición de mujer.
·
Promover
y expandir el diálogo sobre la igualdad de género entre mujeres y hombres.
·
Visibilizar
y problematizar la violencia de la mujer.
·
Desarrollar
redes y alianzas de solidaridad y cooperación hacia todas las mujeres del
mundo.
·
Reconocer
la sexualidad como un acto pleno, placentero y saludable.
·
La
construcción de una educación transformadora y liberadora con una perspectiva
de género desde el colectivo.
Al analizar esto, solo digo que nos queda mucho
trabajo por hacer. Como mujeres tenemos
la responsabilidad de continuar la lucha que nos encomendaron estas mujeres puertorriqueñas
que nos abrieron camino hacia la lucha por la equidad y la justicia social. Está en nosotras, unirnos, crear alianzas y
colectivos que promuevan la lucha, que promuevan la participación femenina y su
vez que continuemos creamos nuestros espacios para levantar nuestras voces de
lucha y resistencia.
Nunca debemos olvidar las grandes cosas que hicieron esas mujeres en aquellos días para que tu, mujer que me lees, y yo estemos estudiando, opinando, ejerciendo, votando y realizando nuestro rol de mujer que va mas allá que lo ‘doméstico’. No debemos bajar la guardia, todavía queda mucho por hacer. Sin embargo, considero que al igual que el hombre es patriarcal, la mujer no puede convertirse en muy feminista. No podemos promover la desunión, la tiranía y el estar a la defensiva contra los hombres. Esta lucha no es contra el machismo, macharranería sino contra el sistema que ha creado y formado un mundo y una sociedad patriarcal del que todos somos víctimas, aunque algunos hemos abierto los ojos y nos hemos educado más que otros. Por eso, debemos ser los instrumentos adecuados para continuar la marcha de la educación a otros y abogar juntos por una transformación social para una calidad de vida mas placentera, igualitaria y saludable. Juntos educados es difícil ser controlados. “Un pueblo educado es un pueblo armado, convirtiéndose en el enemigo más peligroso para el gobierno, sistema, por ello es que cada vez reducen el presupuesto de la educación” (Alex Pimentel)
ReplyDelete¿No se puede ser "demasiado feminista"? Deberíamos ser feministas y luchar porque cada mujer que rechace vincularse con el feminismo, lo entienda, lo comprenda y se apropie del feminismo. Es necesario y urgente el educar con relación a lo qué es el feminismo para que no se siga llevando desinformando ni desacreditando el movimiento feminista. Cuando el gobierno reconozca la crisis y estado de emergencia de la ola incesante de violencia de género en todas sus manifestaciones, es cuando tomará la necesidad de educar desde una perspectiva de género en todas las instituciones. Entonces así, se podrá salir de la concepción errónea que se tiene del feminismo, porque es un error garrafal comparar el feminismo con el machismo o sustentar que son lo mismo. El feminismo no es una "guerra o lucha" contra el género masculino, sino que es la búsqueda de la equidad, igualdad y justicia social para mujeres, hombres, niñas, niños y jóvenes. El machismo, la misoginia, la violencia de género, la desigualdad, entre otras muchas, son las diferentes manifestaciones de los problemas sociales productos del sistema patriarcal. Me uno a los llamados de #TocanAUnaTocanATodas #VivasNosQueremos #NiUnaMás #NiUnaMenos #AbajoElPatriarcado #MacheteAlMacharrán.
ReplyDeleteNecesitamos más Luisa Capetillo, Isabelita Rosado, Lolita Lebrón, y menos Charbonier y Venegas. Necesitamos mujeres, entre tantas, que se levantaron y se siguen levantado contra los sistemas, contra la sociedad que desea mantener los sistemas opresivos y el estatus quo. Contra quienes menosprecian las luchas. Y sí, tenemos una gran responsabilidad, de continuar con ese legado, para que el camino que tengan que recorrer las y los que vienen detrás de nosotras, sea uno más justo y equitativo.
En palabras de nuestra querida Luisa Capetillo "¡Oh, tú mujer! Quien es capaz y está dispuesta a esparcir la semilla de la justicia. No dudes, no te preocupes, no huyas, ¡adelante! Para el beneficio de las generaciones futuras, coloca la primera piedra para la construcción de la igualdad social de una manera serena pero firme, con todo el derecho que te pertenece, sin mirar abajo, ya que no eres más la antigua esclava intelectual o material."
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DeleteEsto es lo que buscaba provocar con mi comentario, algún tipo de conversación critico que fuese distinto. Mientras leía varios comentarios veía que todo el mundo estaba de acuerdo y nadie realizaba algún comentario distinto, critico que fomentara algún análisis de discusión o debate sobre los temas publicados.
DeleteSobre la lucha que hay contra el género masculino, si existe. He escuchado personalmente la cantidad de comentarios hacia el hombre solo por realizar algún comentario ofensivo al momento. Veía que por cada comentario que hacía el hombre, la mujer lo cogía muy a la defensiva y personal y rápido lo identificaba como "macharrán" “ese comentario es una macharranería”, por cualquier comentario. Todo ser humano en algún momento de su vida ha llegado a expresar comentarios ofensivos, racistas, discriminatorios, de burla, obsesivos, violentos, abusivos…No por eso tenemos que caerle encima rápidamente a las personas o ponerles etiquetas de “macharrán”, de “morones”, de “incapaces”, de “racista”, de “fanáticos religiosos”, entre otros. Debemos ser sensibles con el otro. La educación es esencial con todo tipo de población aunque no nos guste sus expresiones o encontremos ofensivo sus palabras al momento.
Recuerdo en un semestre donde una profesora que me dió clase, se rió cuando una compañera expresó comentarios de base bíblica y le dijo “ Si compañera, pero eso es lo que dice TU Biblia y TU Dios”. Y esto fue de una profesora de la Escuela Graduada de Trabajo Social. ¿Donde está la inclusión, el ser sensibles con el otro, entenderlo y no burlarse y ser empáticos con aquel que piensa y cree en cosas distintas? ¿Por que hay que llegar a lo extremo y tratar al que cree en algo, en un ser superior como una especie de mal gusto, ofensiva, de locura…? ¿Esto no es “predicar la moral en calzoncillos”, no es irse a lo extremo en cuanto a nuestros propios pensamientos y creencias? He visto como muchos movimientos les dan ‘de codo’ a las personas creyentes. Así que si, pienso que a veces nos vamos a los extremos con algunas posturas de algunos movimientos. Exigen inclusión cuando le es conveniente.
Por eso considero que no podemos llegar al extremo porque estamos haciendo la lucha en contra de la persona equivocada. No estoy en contra en nada del movimiento feminista solo que…no seamos extremos! No nos dejemos llevar por el enojo contra el capitalismo, patriarcado, el sistema, el Estado y también echemos a un lado a las personas solo porque piensan distinto o no están de acuerdo con algunas posturas solo por sus creencias, comentarios, pensamientos. Podemos ser feministas sin pisotear a otro género.
El feminismo es un asunto muy complejo que requiere de nuestra parte un análisis profundo, mas allá de la búsqueda de la igualdad, la equidad y la justiciar social, preceptos con los que, por supuesto, estoy totalmente de acuerdo. Es por ello que se hace necesario hurgar en la complejidad del asunto y entender que siempre hay un significado distinto a aquello que llamamos feminismo; a sabiendas que este término puede servir a intereses en franca oposición. El feminismo, por ejemplo, ha permitido reestructurar cambios en la sociedad, a través de una educación más inclusiva y protagónica para la mujer, que nos permite transmitir esta nueva perspectiva de vida de una generación a otra. Logros como el ejercicio del sufragio y el reconocimiento de su opinión en la esfera pública, pueden mencionarse entre sus principales metas alcanzadas. Sin embargo, debemos ser cuidadosas al momento de respaldar acciones que nos sean contradictorias y que redunden en privilegios para la hegemonía machista. Al mencionar esto último me refiero a la actuación de la mujer en tanto la esfera pública como la privada. Es decir, cuando desempeñamos roles básicos como esposa y madre, nos circunscribimos a la esfera pública; en tanto que, al convertirnos en empleadas asalariadas, nos introducimos en el ámbito de lo privado, sin abandonar el compromiso social impuesto (público), de ser la responsable de atender y alimentar a la familia, como unidad básica de toda sociedad. Así, de un momento a otro, la mujer aparte de ser laboral y económicamente productiva debe también cumplir con los quehaceres del hogar como una responsabilidad derivada de su naturaleza femenina; detal forma que las mujeres seamos mayormente las victimas de estar siempre en actividades, carecer de tiempo para nosotras mismas y para el cuidado de nuestras familias. ¡¡¡Sin duda alguna, hay que saber llevar el feminismo y ante todo, cuidar que a nombre del feminismo no nos esclavicen más!!!
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