Es hora de romper el silencio


Mujeres en Guatemala rompen el silencio. Así se titula la noticia publicada por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, el 27 de septiembre de 2016. La misma relata la desesperación, el hambre, la falta de vivienda digna y las violaciones que vivieron decenas de mujeres guatemaltecas durante el conflicto armado en su país. Fueron 97 en total, quienes después de 31 años tuvieron el valor de hacer justicia al presentar sus declaraciones en un juicio por genocidio.  

Los enfrentamientos bélicos ocurridos en Guatemala cobraron la vida de 200,000 personas y más de 45,000 desaparecidos. La violencia, que incluye violación sexual, tortura y explotación, fue invisibilizada mientras las víctimas y sus allegados o comunidades quedaban marcadas por el dolor y el trauma que esto conlleva. El artículo mencionado anteriormente, habla de Elena, quien fue parte de un proceso de empoderamiento acerca de sus derechos, a través del cual venció el miedo y rompió el silencio, no solo desde su propia voz, sino en representación de todas las mujeres que sufrieron las consecuencias del conflicto armado.
                (Caroline Truttman/UNDP Guatemala)                

Este hecho va totalmente ligado al objetivo de desarrollo sostenible 16 que busca la paz, justicia e instituciones sólidas. Pues promueve sociedades pacíficas e inclusivas, facilita el acceso a la justicia para todos y construye a todos los niveles instituciones eficaces e inclusivas que rindan cuentas, como por ejemplo, por parte del Archivo Histórico de la Policía Nacional, millones de documentos de los archivos de la ex Policía Nacional se hicieron accesibles al público y a las instituciones de la justicia.
 
Indudablemente, el acto de valentía de Elena, como los testigos que declararon en el juicio, representa la lucha viviente por los derechos humanos, la justicia social y la dignidad del ser humano, que no solo se vive en Guatemala, sino en el resto de Latinoamérica. Cabe destacar, que también se da un proceso de fortalecimiento por parte de las mujeres, donde se unen en una sola lucha, una sola voz, y lograr dar un paso en la sociedad, siendo conscientes de sus derechos, empoderadas, y sin miedo para denunciar las injusticias.

(Caroline Truttman/UNDP Guatemala)
                
En el contexto puertorriqueño, es importante reconocer este tipo luchas, no precisamente a causa de un conflicto armado, sino otros mecanismos que de igual forma tienen un impacto devastador en el desarrollo del país y de la sociedad en general, como por ejemplo, la imposición de una Junta de Control Fiscal. Cuyas exigencias y medidas de austeridad atentas contra la vida de miles de puertorriqueños y puertorriqueñas de múltiples formas. La clase trabajadora es víctima de explotación, violación de los derechos humanos, y la desigualdad masiva que existe entre estos, y unos pocos que se lucran de ellos.

Así mismo como Elena, venció el miedo y rompió el silencio ante tanto dolor, sufrimiento, e injusticia, nosotros y nosotras como pueblo, debemos vencer ese temor al “¿qué pasará?”, y denunciar la violencia, explotación, incertidumbre, falta de información, injusticia, desigualdad, que nos ahoga, reprime, oprime… nos mata. Es necesario ser una sola voz, más allá de un partido político, más allá de un grado académico; es una lucha nacional, por la paz, por la justicia, y por los derechos humanos que nos pertenecen.

 

Comments

  1. El pasado 25 de abril de 2019, la Coordinadora de Paz para las Mujeres facilitó la XV Conferencia Nacional sobre Agresión Sexual desde un enfoque de la Justicia Restaurativa y la Violencia Sexual. La Dra. Irma Lugo Nazario habló sobre la Justicia Restaurativa enfocado en los derechos humanos y contextualizándolo con las agresiones que se ha sufrido en América Latina desde la invasión de los españoles y los diferentes conflictos y guerras que se han dado hasta nuestros días. Lo describió como el proceso de reconciliación y transición de la guerra hacia la justicia y la paz, ante los crímenes de guerra y agresiones sexuales. La justifica restaurativa es una forma de encontrar ese rompimiento del silencio que mantienen presas a sus víctimas, dentro de su dolor y es una herramienta de trasformación para el empoderamiento de mujeres y niñas. En donde se busque una confesión y reconocimiento público del daño hecho, para lograr el perdón y reparación de daño a sus víctimas por parte de sus agresores.

    En Puerto Rico, no hemos sufrido el impacto de guerras en nuestra tierra, pero si sufrimos la constante violencia en diferentes espacios sociales que vivimos, dentro de nuestra cotidianidad. Todas esas violencias se interrelacionan de una manera u otra, que muchas veces comparten un factor común, que la perpetua y sustenta, la violencia institucional por parte del gobierno. Esto va a acarrear y provocar la violencia en nuestras comunidades, familias y relaciones sociales. Las diferentes manifestaciones de la violencia de género que ha ido en aumento en los últimos años.

    ¿Podrá darse una justicia restaurativa entre el gobierno, como nuestro agresor y las ciudadanas y ciudadanos como sus víctimas? En donde el gobierno reconozca y se responsabilice de las agresiones y diferentes formas de violencias ejercida contra nosotras y nosotros. De esa manera, ¿lograr una reconciliación, equidad y justicia social para tener una convivencia en orden y en paz?

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  2. No puedo evitar pensar en cómo este post se relaciona con nuestro estatus colonial. Me hace pensar en cómo muchas personas que creen en la libertad de un país tienen miedo del “qué pasará”. Debemos de arrojar luz y respuestas a esta incógnita, pues, al no tener un referente se nos hace difícil elegir lo que verdaderamente nos conviene como país y nación. Conozco de muchas personas que prefieren quedarse en el estatus quo por el simple hecho de no incomodar a ningún bando sino que prefieren seguir subordinados por el hecho de mantener ciertas libertades artificiales que nos brinda la “ciudadanía americana” porque realmente es la única libertad que conocemos: poder viajar el mundo. Pero no nos damos cuenta, que somos presos en nuestro propio país. Seguimos siendo saqueados e inclusive poco a poco nos desplazan de nuestra isla y sigue en aumento los negocios extranjeros donde ni en español podemos ordenar nuestra comida. Nos toca a los académicos, a los lideres junto a las comunidades definir el después, las posibles consecuencias y los pro y contra.

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  3. Al leer este articulo reflexiono acerca de los asuntos que los/as puertorriqueños/as callamos en nuestros silencios. Dia a día vemos como se legisla en contra de los derechos adquiridos mediante luchas; derechos laborales, derechos de salud, derecho a una educación de calidad y una vivienda digna. Pienso en los sectores que han sido valientes al expresar su indignación y se han atrevido a hacer la diferencia, rompiendo el silencio. Como país debemos aspirar a denunciar como colectivo las injusticias vividas.

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